MANTRA PARA REPETIRSE UNO MISMO DE VEZ EN CUANDO

Después de un tiempo
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano y encadenar un alma
y uno aprende que el amor no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad
y uno empieza a aprender
que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas,
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta
y los ojos abiertos
y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy
porque el terreno del mañana es demasiado inseguro para planes..
y los futuros tienen una forma de caerse a la mitad,
y después de un tiempo uno aprende que,
si es demasiado, hasta el calorcito del sol quema,
asi uno planta su propio jardín
y decora su propia alma
en lugar de esperar a que alguien le traiga flores,
uno aprende que realmente puede aguantar,
que realmente es fuerte,
que realmente vale
y aprende y aprende…
y con cada adiós uno aprende.

Puede que ANONIMO

30 de diciembre de 2010

Atlas

Bajo las mantas
oscuros atlas de la memoria
volúmenes limpios y desvanecidos,
plumas y cardos al pronunciar las palabras,
llevo los dedos a ese delta básico
y encuentro ídolos desperezándose,
alerta a las caricias,

eres un arco
una trompeta
una bóveda
un cuadrante somnoliento
algas deslizándose como una marea sin playa
hasta abarcar todos nuestros bordes,
te acercas
y eres un tobogán
una huella y otra y otra
no quiero masticar esas huellas
solo beberlas, fundirlas,
oirlas llegar meciendo el tiempo

soy un crudo satélite para tu boca
giro contigo a las luces de la mañana
huestes acogedoras ya sin sombras

28 de diciembre de 2010

Qué memoria

Tenía una idea
y creía que era una idea original
hasta que la oí
o la leí
por casualidad
y
resultó
que estaba trillada
desde la época
de la bipedestación.

1 de diciembre de 2010

Mi caos

Reivindico lo impuro
los defectos
la mezcla
las mesas desordenadas tras el ágape
los huevos que se rompen
y las tortillas que se deshacen
la literatura que no leo
y la que nunca leeré,
la niebla, las moscas,
la lluvia a destiempo
el sol que cumple con su ley de fuego
las arrugas -también las mías-
las medias tintas
las dudas
a los tibios
a los plebeyos
a los proscritos
a los cansados
la pereza...

y también reivindico
todo lo contrario.