MANTRA PARA REPETIRSE UNO MISMO DE VEZ EN CUANDO

Después de un tiempo
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano y encadenar un alma
y uno aprende que el amor no significa acostarse
y una compañía no significa seguridad
y uno empieza a aprender
que los besos no son contratos
y los regalos no son promesas,
y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta
y los ojos abiertos
y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy
porque el terreno del mañana es demasiado inseguro para planes..
y los futuros tienen una forma de caerse a la mitad,
y después de un tiempo uno aprende que,
si es demasiado, hasta el calorcito del sol quema,
asi uno planta su propio jardín
y decora su propia alma
en lugar de esperar a que alguien le traiga flores,
uno aprende que realmente puede aguantar,
que realmente es fuerte,
que realmente vale
y aprende y aprende…
y con cada adiós uno aprende.

Puede que ANONIMO

29 de noviembre de 2009

Eres humo ya







La barra del bar tiene color de cerveza
fosilizada,
a mi lado suena Rammstein
y no lo distingo de un sueño,
te miro bailar en un amanecer abrasado
de pisadas,
tus caderas con asterioides de fiesta,
los ojos en bruma,
tu piel con humo y cerveza
volviéndose lengua que me observa,
y...
sueño con besos...joder!!!,
mientras tú bailas y tu orbita se aleja,
sueño con incorporarme a ese baile hipnótico,
con besos,
con besos que se me evaporan
entre sorbos,
Rammstein no me ayuda,
me vuelve al sueño de los abrazos
que ya son estela abandonada,
polvos abandonados
entre sorbos de caderas como yunkes.

El bar está lejos
y más lejos aún tus caderas,
aunque ya las roce sofocando certezas
tan ambiguas como el sueño.

28 de noviembre de 2009

Jamás no existe

Esta noche estoy cansado,
cansado de palabras,
siempre es siempre mentira,
me prohibiría los jamases y los nuncas,
y los huecos que me dejaran sus sílabas
los rellenaría con silencio,
con un silencio desnudo y poroso;
no hay nada perfecto
ni absoluto,
ni eterno,
ni siquiera nada,
que es la escoria
de otras nadas derrumbadas.

Esta noche está lloviendo desamparo,
y estoy cansado,
no solo de palabras vacias,
sino de oirme pronunciarlas.

24 de noviembre de 2009

Herida





La sangre, las heridas,
las sonrisas congeladas,
los siglos, el puño,
mirar la vida por la ventana
cuando la vida es un pájaro muerto,
lástima y agotamiento,
cerrar los ojos y viajar,
no, viajar no,
escapar,
huir de todas las emociones,
pasmarse ante el ruido familiar del ascensor que sube
y ser un cadáver que mira por la ventana.
Sangre, pesadumbre,
terror,
la calle ya como refugio imposible

22 de noviembre de 2009

Lo imperfecto

Leer un poema pulido, perfecto, contemplar un diamante exacto o una maniobra de inspiración estelar siempre me ha parecido ajeno, como si esas obras no fueran humanas.
Me gusta lo rugoso, las marcas, las pequeñas cicatrices, los olvidos, las pecas, las grietas, lo torcido, el óxido, la sombra, los cambios y las estaciones, los perdidos y los perdedores, las ruinas, lo viejo, lo nuevo con brillos ya antiguos, el amor y el puto desamor.
Me gustan las personas y sé que huelen bien y mal, tienen flemas, babas y dolores y entre el dolor, a veces, una sonrisa con dientes amarillos y ojos miopes.

18 de noviembre de 2009

Cielo

Las estrellas tienen brillos de ceniza,
quemadas en una noche
las palabras en sus libros,
verbos que ya no sé pronunciar,
un tapiz de humo con acentos,
un paraguas de piel de lobo y cabezas de alfileres.

No sé qué día comenzó a arder
mi biblioteca
y dejé de mirar las llamas del hogar
entre línea y línea,
no sé qué día comencé a mirar
a los ojos de las nubes,
o a los de esa pequeña aldebarán
caida entre las brasas.

Ahora, la ceniza
tiene brillo de estrellas.
Y en el fuego leo cada noche los verbos olvidados.

16 de noviembre de 2009

Hoy

Cada día me trae palabras distintas, o las mismas, otra luz y otro oxígeno diferente, aire nuevo que respirar. No te oculto nada bajo mis máscaras, huyo del agobio propio y del ajeno, pretendo querer con generosidad...a tí y a todas las personas que quiero y querré, quiero querer sin encierros, sin jaulas, sin llaves, todo puertas abiertas, concentrando ternura, cariño, pasión en cada poro de mis dedos cuando acaricien, quiero dejar los rincones íntimos o preferidos de cada cual como si fueran altares de dioses extraños, quiero respetar las dudas, las fés, la magía que sienten los demás tanto como respeto a esos dioses que no conozco pero a los que adora gente que puedo querer en algún momento.
El amor no se regala, como esos regalos que se ofrecen para que nos devuelvan otro de similar valor, el amor es una luz que ilumina gratis nuestro corazón, entiendo el amor como verter todos los sentido, sin esperar nada a cambio, un manantial que riega y que también se seca. El amor es mi vida hoy y no puedo pensar que mañana no lo va a ser...no puedo pensar ni siquiera en mañana, hoy...es mi día...y mañana va a ser hoy dentro de poco.

Hoy es hoy

Hoy es hoy
pero antes de hoy estuvo ayer,
y ayer se incrusta en nosotros
con su tiempo recién horneado,
liviano y de hierro;

se nos fué ayer
dejándonos huellas,
roces en la piel
limaduras de recuerdos
masticando el alma,
caricias que nos marcan
con más influencia
que algunas cicatrices que mostramos.

Hoy es hoy
pero sin el día de ayer
sería un hoy distinto,
sería otra memoria,
serían otros poros los besados,
y hoy...
cómo me alegro que ayer fuera ayer.

7 de noviembre de 2009

Algo huraño

El dolor es huraño,

es una caja oxidada y vacia asomando
entre los surcos cuidados de un huerto,

es una palabra que hace eco en mi corazón
y no la entiendo, solo la siento
como un cristal partido acercando su filo
incomprensible a mis manos,

es un juego olvidado al que nunca ya jugaremos,
el dolor tiene venas y raices y uñas
y se esconde en alguna parte de nuestro cuerpo
para salir como un sortilegio de halcones convulsos
sujetando nuestros ojos
en sus picos.

El dolor es huraño,
y cuando desaparece,
deja rastros de melancolía y sosiego
y ningún recuerdo de otros dolores.

4 de noviembre de 2009

Magia o azar

Te he conocido...la magia existe. El azar aparece en esa tirada de dados que nos deja a los dos, a tí y a mí, colocados uno enfrente al otro. Y, a partir de ahí, los ojos que miran, las manos que rozan, los labios que besan...y no hay palabras mejores que interpretar el aire que sale lento y suave de tus pulmones.
He sido francotirador, outsider, outlaw, y jamás me he sentido más a merced de las tormentas que caminando a tu lado, jamás he sentido el azar tan cerca, tan cerca y tan cruel, jamás me he sentido más cerca de tí que tratando de olvidar que era a tí a quién abrazaba; sé que es amor porque lo he sentido otras veces, sé que es distinto porque su fuerza me desmorona las murallas del corazón.

2 de noviembre de 2009

Encuentros

Me pasa que deseo comerte a besos,
abrazarme a tí
y sentir el abrazo de tus brazos,
me pasa que no hay piel sin caricias,
y disfruto de ese tiempo en que estamos envueltos porque sé que es breve,
disfruto de su intensidad porque sé que desharemos el abrazo,
y una suave brisa te elevará y te alejará
mientras yo me quedo con tu olor,
y lo agito para que se mezcle con el aire
y que ya no me recuerde cómo eran esos besos,
que solo sea mi piel la que recuerde,
me pasa que sigo tu vuelo
y me alegro de lo libres que son tus dibujos entre las nubes,
me pasa que vuelo y vuelo
y todos mis vuelos tienen algo de encuentro en el aire
con el tuyo.

Ta tam

Ta tam...ta tam,
sístole
ta tam...
donde esté...
donde estés...
ta tam...ta tam,
diastole,
ta tam...
siempre,
y siempre es poco.

Prisa

La paciencia como virtud, la paciencia que no se compra; esos instantes que se alargan, y se alargan, esperando en la cola de la tienda de caramelos mientras un niño duda entre una nube de fresa o un dulce con forma de nariz de payaso, una duda de 5 céntimos y de un valor inalcanzable, como esas nubes que contemplamos pasar mientras permanecemos boca arriba un tarde de verano.
He entrado en la tienda de caramelos solo para preguntar por una dirección...y me he quedado encallado, apoyado en el mostrador, detrás de varios niños y varias madres...esperando mi turno. Paciencia, pero no me hace falta, es mi sitio en ese momento, podría estar todo el día mirando los paneles de colores, las vitrinas, a la dependienta con su bata familiar, oyendo las voces de yunke joven que sale de la garganta de los niños.
No sé el tiempo que ha pasado, no me importa, la espera ha granado en un abuelo y dos niños a mi espalda.
Pregunto y la bata, de familiares rayitas blancas y rosas, respira hondo y el brazo de la dependienta me indica, algo brusco y cansado, en un par de giros, la dirección por la que he preguntado.
No hay prisa, no tengo ni siento prisa, pero en la calle comienzo a andar, a andar tratando de recuperar algo, a andar persiguiendo los instantes que dejé en la tienda de caramelos. Ando, ando y paso a paso comienzo a correr.
Sé hacia donde. Sé también que no iba a encontrarme con nadie.