Tu media luna ejecuta con fruicción
los tonos del silencio.
Me llamas sin aliento desde aquella
constelación de embajadas
marco en el mapa, despacio,
las veces que te oigo respirar,
mengua el murmullo y ya solo se oye
la luz en las ventanas,
sigues absorta la curva
del crepúsculo
en un alarde ahito de esperanza.
Presiento el pulso salivado
de tu lengua muda,
la presiento en un callado regocijo
y sé que galopan por tus dedos
los inicios dispuestos
de una felicidad que nos amaga.
Laga
Hace 5 semanas
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