Salgo a la calle y llueve, últimamente me parece que siempre que salgo a la calle, llueve; no llevo paraguas, ni chubasquero, solo la camiseta descolorida que me hace sentir cómodo...
Necesito empaparme, sentir el movimiento de las gotas en mi cara, sentir la camiseta ajustándose a la piel, necesito sentir y no pensar. Veo a la gente caminar deprisa y a mí me gusta ir cada vez más despacio...y no pensar.
Sentir el agua deslizarse como dedos que trabajan la arcilla, creando huecos, surcos, barreras, fronteras de agua con la piel, y me duele sentir y recordar que no estoy pensando...y pienso.
Pensar me aleja, es un viento cargado de arena que borra las huellas, me aleja del agua, me aleja dando pasos de ogro en un jardín de niños, me aleja y me coloca ante la visión cansada de ver lo que ya sé: que el momento no es éste, que la luz que se enciende no es la mía, que siempre que ando bajo la lluvia, y ya de niño me encantaba andar así, siempre acabo volviendo a casa empapado.
Laga
Hace 5 semanas
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